martes, 18 de octubre de 2022

Lo que debería seguir

  

Esta Crónica Interminable tiene un orden plausible hasta donde se muestra, que es su primera parte. Como se aprecia en el archivo del blog, hay muchos fragmentos esperando. Algunos irán tal cual y otros necesitan pulirse o desarrollarse. Quién sabe si tendré tiempo y por ello va aquí el siguiente, más bien críptico guión: 

1. El meollo es 1492.

2. El imperio ruso, cuyos periodos o particularidades están esbozados, necesitan encontrar las y los protagonistas populares, que exploré apenas en Gorki y que por fortuna tienen un inmejorable representante, bien conocido por mí en su versión Monelle de Marcell Schobw. Esta joven, virtuosa, sabia prostituta hace allí su segunda aparición en Crimen y Castigo y ayudándome con el complejísimo mapa del desarrollo del propio imperio, puede conducir a diversos tiempos y lugares. Me serviré para ello del exhaustivo trabajo hecho recién por Óscar de Pablo.

3. Mesoamérica, que ya toqué en el luego México, se descubre gracias al Chilam Balam y los Hombres de Maíz, de muy distintas épocas e interelacionados por Miguel Ángel Asturias. Debo hacerlo con tanta profundidad como permiten ese par de grandes obras.

Estará sugerentemente "completa", como otras partes del texto, dedicándole un lugar a los ñuu savi que hoy habitan todavía el estado de Guerrero y tienen una historia larga, intrincada, a medio descubrir por los especialistas e incluye su conquista por el así confirmado imperio azteca, alrededor, justo, de 1492.

Quedaría referirse al trabajo con que Jacques Soustelle se esforzó en probar cuán avanzados y en orden estaban los pueblos precortesianos del Valle de México y seguir imaginariamente a la muchachita a quien entreveo violada tras el cerco por el cual llora su fin Red de agujeros. Ella misma nos cunducirá luego siglos adelante, entroncando con el proceso latinoaméricano en general, que puedo seguir gracias a los trabajos de Óscar y míos para América en crisis-historia, serie virtual. 

4. Entremedio volvería a Europa para desmentir bien a bien el discurso que ya denuncié, conduciéndonos al Judaísmo mesiánico, la Roma conversa posterior y las Cruzadas y la "reconquista española", donde rencontraría a León el Africano, sus cultos bereberes islámicos y los mozárabes. Entre éstos tengo que encontrar o inventar a alguien que nos lleve al 1492 de Fugger y socios. 

5. ¿Cómo aprovechar las crónicas que hice sobre el México previo a 2018? 

6. La Iberoamérica, Brasil y Las Antillas incluidos, de 2022, con material a pasto.                     

viernes, 23 de septiembre de 2022

¿Quién nos contará?

 

Para lo esencial, Belarmo y yo buscamos al pueblo llano y al ir al pasado nos cuesta trabajo encontrarlo. Se registran reyes, princesas, guerreros majestuosos, y nunca, como advirtió un poema (https://introduccionalaproblematicahistorica.wordpress.com/2013/02/03/brecht-b-poema/), a campesinos, albañiles, simples soldados y quienes también arán y a su vez cocinan, cuidan niños, etc. y son objeto predilecto para cobrar cualquier cosa, vejándolas.

En tales circunstancias cuesta mucho dar con la negritud africana.

-¿Hay otra?

-¿Y los millones llevados lejos por el tráfico esclavo?

Seguimos entonces al León el Africano que hacia 1492, justamente, fue expulsado de Granada, la tierra donde nacieron muchos antecesores suyos. Musulmán, atravesó desiertos hasta alcanzar Tombuctú.

Alguien no muy lejano a él hizo otro tanto con no solo su persona. Cargaba doce mil manuscritos que le servían de biblioteca y animó se creara una universidad.

 

 

 

 



Les fue así descubierta una ciudad "edénica" y solo trataron con principales.

Un alto

Si voy a traerlos de aquí para allá debo cuidar que no se extravíen, lectores.

Esos dos hombres a quienes vemos pertenecen a familias cuyas familias habitaron por hasta siete siglos Al Andalus, una entidad político, cultural y religiosa que ocupa el sur de la península ibérica. Después les llamarán árabes y en realidad son bereberes, como se nombran los pueblos norafricanos convertidos al Islam cuando Mahoma hizo la más sorprendente campaña para extender su fe creando nuevas sociedades. 

Después abundaré en el tema y basta decir ahora que allí, al modo de Medio Oriente y a su manera la India, nacieron entonces "reinos" ricos, muy desarrollados en artes e ideas y tolerantes con judíos y cristianos, a los cuales no fuerzan a convertirse pues la fe musulmana se concibe como culminación bíblica. 

León y quien lo siguió en tiempo, representan, pues, a este lado occidental, lo mismo en África que en Europa, espléndido que empieza a opacarse debido a los asaltos de la cristiandad comandada por un  Vaticano cada vez más inmoral.

Recuerdo al paso que en mi juventud, cuando se hacía referencia referencia al lugar más lejano e inhóspito, decíamos Eso está en Timbuctú, mal nombrando a esa ciudad ante la cual los traje.

Volviendo a la crónica:

-No nos sirven -dice Belarmo con coraje contemplando a nuestros dos personajes. Lo hace tras el breve optimismo producto de una muchachita esclava. Es regalo dichoso, conforme a León, y por tanto ajena los seres comunes y silvestres que pasan en sombras, a lo decorado, y eso enfurece a mí compañero quien niño vio a sus padres, abuela, hermanas, tratadas como tal. Tenía ya el encendidísimo carácter que ejemplicaré más tarde y ahora sale corriendo de allí, para no ponerme en riesgo con sus reacciones.

Ello mismo lo hace enamorarse del Negro del Victoria, que casi al mismo tiempo encontramos hacia 1900, merced a un gran escritor y marino.

La escena a continuación transcurre entre el registro de tripulantes: 

"Un negro en el alcázar de un barco británico es un ser solitario (...) 

"-¡Wait! -gritó una voz llena y retonante. Todos se detuvieron (...) Apareció una alta silueta de pie sobre la batahola.
"Descendió abriéndose camino entre la tripulación; sus pasos se encaminaron hacia la linterna del alcazar (...) Era alto, la cabeza se perdía entre la sombra que proyectaban las embarcaciones. Lució la blancura de sus dientes y de sus ojos, pero no pudo verse el rostro. Las manos grandes parecían enguantadas (...)
"El grumete, estupefacto como todos, levantó la linterna (...): era negro. Un rumor asombrado (...) corrió a lo largo de la cubierta y se perdió en la noche.
"Pero él pareció no oír nada. Se plantó en su sitio, marcando un tiempo con gesto rítmico (...) 
"El negro se mostraba sereno, frío, dominador, soberbio. Los hombres se habían aproximado y permanecían tras él en masa compacta. Pero les pasaba a todos media cabeza.
"-Soy del barco -dijo.
"Pronunciaba claramente, con dulce precisión. Los acentos profundos y brillantes de su voz recorrieron el puente sin esfuerzo. Era naturalmente desdeñoso, condescenciente, sin afectación, como hombre que (...) hubiese medido la inmensidad de la locura y tomado el partido de ser indulgente."
-¿Te imaginas el momento, nieto? No para los demás. Me refiero a él, cósmicamente solo desde que lo apresaron, ¿dónde? 

-¿Sería yoruba, pueblo predilecto para los traficantes de hombres, mujeres y niños?

Primer mapa europeo sobre África. 1554.

Que el África Negra se narre por sí misma en artes plásticas y música. Con los yoruba no podemos ir lejos temporalmente, dicen, si hablamos de tallas pues su material es madera. 

Busco en nuestro mejor, voluminoso libro, publicado hacia 1950 por intelectuales europeos muy prestigiosos. No avanzamos nada al compararnos con el subcontinente subsahariano, declaran.

En música mis oídos no encuentran par tampoco, dispersa por mil lados: Brasil, las Antillas, esos 

fenómenos revolucionarios llamados jazz y rock.

¿Debe renunciarse, entonces, a encontrar personajes con nombre?

 



lunes, 11 de julio de 2022

El Corazón de las Tinieblas

Esta Crónica tenía sentido. Ahora es una forma de bien pasar el tiempo.

  

"Existía entre nosotros (...) el vínculo del mar. Además de mantener nuestros corazones unidos durante largos periodos de separación, tenía la fuerza de hacernos tolerantes ante las experiencias personales, y aun ante las convicciones de cada uno...

Río Congo

"Había (...) un río, un caudaloso gran río, que uno podía ver en el mapa, como una inmensa serpiente enroscada con la cabeza en el mar, el cuerpo ondulante a lo largo de una amplia región y la cola perdida en las profundidades del territorio...

"Al parecer la compañía había recibido noticias de que uno de los capitanes había muerto en una riña con los nativos (...) Sólo muchos meses más tarde (...) me enteré de que aquella riña había surgido a causa de un malentendido sobre unas gallinas. Sí, dos gallinas negras. Fresleven se llamaba aquel joven, era un danés. Pensó que lo habían engañado en la compra, bajó a tierra y comenzó a pegarle con un palo al jefe de la tribu. Oh, no me sorprendió ni pizca enterarme de eso y oír decir al mismo tiempo que Fresleven era la criatura más dulce y pacífica que había caminado alguna vez sobre dos piernas. Sin lo era; pero había pasado ya un par de años al servicio de la noble causa (...) Por eso golpeó sin piedad al viejo negro, mientras una multitud lo observaba con estupefacción, como fulminada por un rayo, hasta que un hombre, el hijo del jefe según me dijeron, desesperado al oír chillar al anciano, intentó detener con una lanza al hombre blanco y por supuesto lo atravesó con gran facilidad por entre los omóplatos. Entonces la población se internó en el bosque, esperando toda clase de calamidades. Por su parte, el vapor que Fresleven comandaba abandonó también el lugar presa del pánico... 

"La aldea había sido abandonada, las cabañas se derrumbaban con los techos podridos. Era evidente que había ocurrido una catástrofe. La población había desaparecido. Enloquecidos por el terror, hombres, mujeres y niños se habían dispersado por el bosque y no habían regresado."

Eso escribió Joseph Conrad en El Corazón de las tinieblas, hacia 1900. Usando al personaje, setenta y cinco años después Francis F. Coppola hizo Apocalipsis Now sobre la desquiciada experiencia que fue la guerra de Viet Nam. 

Como fondo, dos de la muchas brutales incursiones del colonialismo Occidental. 

Fresleven, el danés a quien vemos enloquecer en la acometida al Congo, reproducía un fenómeno presente desde los primeros días coloniales. Soldados europeos regulares e irregulares abandonaban sus ejércitos para perderse entre las tierras conquistadas. 

Habían nacido pueblo expropiado por terratenientes, banqueros, coronas reales, y terminaban entres seres humanos y geografías inimaginables para sus familias y vecinos. Así condenados, no regresarían jamás. ¿Y los indígenas americanos, africanos, asiáticos que, padeciéndolos, a veces quizá se preguntaban por sus extraños comportamientos? Salían sobrando para la literatura. 

¿Ésta era una historia repetida desde nuestros orígenes civilizatorios? ¿Cómo saber, si hombres, mujeres y niños del común contaban siempre menos, hasta hoy?

Fosa común donde terminaron 193 salvadoreños, hondureños, guatemaltecos, en San Fernando, Tamaulipas, México.

Algo había sucedido para bien en Europa cuando Conrad se hizo navegante escritor, gracias sobre todo al peladaje francés que asaltó la Bastilla con mujeres al frente: la narrativa se democratizaba. En el atlántico que Gran Bretaña habían expoliado exterminando naciones enteras, otro hombre se echaba a los mares con una pluma por delante: Herman Melville. Su monumental novela Moby Dick pasaría casi inadvertida y, entonces también, las grandes reflexiones dentro de ella.

-0-

-Para -corta mi abuelo-. Que yo sepa, El grillo, Saanvi y los otros y otras no vinimos a perder el tiempo en la universidad. 

-¿Me vituperas llamándome académico? -le digo.

-De la legua, jeje. Buscamos a nuestros iguales.

-No sé dónde más intuirlos al menos.

-Camina, eso basta.       
SIGUE 

jueves, 2 de junio de 2022

Primer texto para serie sobre La crónica

 

Empiezo con un telegrama:
“A COMISIÓN PERMANENTE DE SEGURIDAD DE LA SOCIEDAD DE LAS NACIONES GINEBRA.  AVIACIÓN FASCISTA ASESINA DIARIAMENTE MUJERES Y NIÑOS DESTRUYENDO PUEBLOS ENTEROS CON SU METRALLA PUNTO MUNDO CIVILIZADO DEBE INTERVENIR CESE TANTO CRIMEN PUNTO CASO CONTRARIO NO RESPONDO PUEDA PASAR CINCO MIL PRISIONEROS TENEMOS CÁRCELES ASTURIAS AUN CUANDO HAGO TODO LO POSIBLE ES DIFÍCIL CONTENER PUEBLO.”

Eso firmó mi abuelo cuando entre 1936 y 1938 dirigía una pequeña república semiautónoma en lucha, más que contra la España Negra fustigada por el poeta, para detener a Hitler y Musolinni.

Murió en 1950 y cincuenta años después vino a vivir conmigo para cuidar el libro que escribía sobre aquellos asuntos.

Bromeo a ratos pues sin humor resultaría pesadísimo el encargo que nos dieron quienes no están más, conforme decía un gran tipo: Se lucha sobre todo a nombre de las y los de antes, muertos
combatiendo por
justicia.

 

1492

Iniciamos por ese año que el abuelo gusta llamar del Maléfico, para saltar después según se necesite.

Colón trepa a sus carabelas, pequeñas naves casi recién nacidas entre portugueses y gracias a los marinos que andan hace mucho el Mar del Norte, y no sabe quiénes operan la obra en secreto sin darse cuenta bien a bien de sus consecuencias. 

Simplifico extraordinariamente los hechos para un mejor entendimiento, porque nada es comprensible en la cristiandad latina o Europa centro occidental sin el papado y otros grandes agentes.

Cinco exactos siglos más tarde alguien escribiría en infame tono melodramático: "En tiempos muy antiguos existió un gigante guerrero, triunfante, dominador. Un día, fatigado, se detuvo. Aturdido,

torturado, fue dado por muerto, encadenado por múltiples amos (...) Entonces, el gigante fraguó su plan: recuperar sus fuerzas (...) y partir hacia la conquista del mundo (...) El gigante era Europa..."

-¿De qué hablas, buey? -pensé apenas leer a ese alguien que pronto codirigiría el Banco Central Europeo. -Tu guerrero nació poco a poco en los ocho siglos llamados medievales, y lo de gigante y dominador cuéntaselo a tu abuela, pues se echa al océano ahora porque no puede con el Islam, quien le cierra las puertas a China, esplendor de esplendores que todos procuran. Y corrieron con hartísima fortuna si pensamos en "América", continente inconcebible para ustedes

"De otra manera ni en jarras la magna obra. A cualquiera se le ocurre tomar un cálculo simplón sobre nuestra esfera terráquea. Era cuatro veces mayor, creo. Neta, no por nada Portugal echó a patadas al Almirante."   

En fin, eso y bastante más se permitirá su cultura para adulterar la visión de un mundo que depredará a ritmos escalofriantes para el mismísimo Angel Caído. 

-Espera, te pongo un mapa -sigo desproticando contra Monsieur Mentira, como deberían llamarlo.

-¿Sufriste mareos? Porque esa obra cartográfica tiene como eje china y no tu continente, como empezará a suceder unas décadas tras los viajes del aventurero genovés, alias don Cristóbal.

-Menudo truco. Desde ese momento y sin faltar minuto susurran al planeta: El centro de la tierra somos nosotros.

"Y como a falsedades vamos, hablando por quienes sirves agregas a la Europa centro-oriental, que no tuvo vela en el entierro y fue despreciada o sometida por ello todavía hasta avanzados los años mil novecientos."

-0-

No es correcto culpar a los españoles por la conquista de América. Hay dos razones:

La primera es que España no existía entonces, era una nacionalidad que justo en ese momento empezaban a crear los reyes de las corona de Aragón y Castilla al unirse.

Lo hacían, como toda sociedad que apenas se funda, reinventando el pasado, y así, entre otras cosas, la península ibérica cuya propiedad tenían, negó los siete siglos de califatos musulmanes gracias a quienes aquellas tierras abandonaron las tinieblas, y el milenario destino común con África del Norte. Justo ese 1492 expulsaron al último Estado islámico, Granada, mientras obligaban a la conversión de los judíos. Así desapareció su tiempo con mucho más espléndido y la íntima relación entre fieles a Moisés, Jesús y Mahoma, que vivieron en un ambiente de tolerancia. 

De hecho, el papado dio solo a Castilla el derecho de usufructuar el océano navegado por don Cristobal. Aragón quedaba fuera.

Por otro lado, quien estaba detrás de esa obra eran las ciudades alemanas, flamencas, italianas,


llamados burgos, ¿recuerdan?, cuyos grandes beneficiarios eran comerciantes y banqueros. Ellos dieron a la aventura americana el sello que la caracterizaría, de delirante búsqueda de metales preciosos como valor de cambio, produciendo así, sin saberlo, los primeros pasos hacia el capitalismo.

En consecuencia, pues, los castellanos se encargaron de la conquista militar y evangélica, y los sectores dominantes de las ciudades europeas empujaron la económica. 

Resta ver el papel del papado dentro de un catolicismo cuyo pensamiento, estructura, desarrollo, componen, en realidad, creo, la verdadera Europa occidental a quien canta el Monsieur Mentira que hemos escuchado.      

      

jueves, 24 de marzo de 2022

Occidente paga ¿y sus pueblos?

-Es emocionante y doloroso a la vez -dice mi abuelo sabiendo que no fueron los pueblos de la cristiandad latina a quienes beneficiaron los cinco siglos, contemplando cómo en 2022 Rusia, China, India, Pakistán, Irán, Arabia Saudita... hacen morder el polvo al Imperio o lo intentan, sean o no unos sátrapas a su vez. 

-Falta Israel, su sionismo -agrego sin entender un proceso que no precisamos dónde terminará y pone en riesgo al movimiento social americano, Estados Unidos incluido, cuyo impulso traía grandes, buenos augurios desde octubre de 2019. 

-Mira al sociópata Trump radiante, repitiendo sin parar: Biden es un criminal. 

-Sí. Bernie Sanders no atina qué hacer y hasta Blacks Lives Matter, con migrantes latinos cada vez más descollando en sus filas, queda obligada a replicar el discurso de los enemigos. 

-Pero Petros ganará en Colombia y luego Lula y Venezuela ya no está contra la pared y Cuba...

-Aparta de mí ese cáliz.

-La huelga general francesa sigue en suspenso y los laboristas británicos tampoco terminan por aterrizar su reivindicación de tres años atrás y manifestaciones italianas y españolas vuelven con tercas demandas... 

-A cambio México se suma... Paremos el juego, nieto, que mareados... 

SIGUE     

viernes, 10 de septiembre de 2021

La Crónica Interminable como centro de los cuadernos. Presentación y viñetas seleccionadas

Nací en 1947, año que mis contemporáneos dan como inicio del "nuevo tiempo". Dos imperios mundiales irrumpen para protagonizar la Guerra Fría, cuyo remate es el neoliberalismo, devenido luego en crisis civilizatoria.

Lo hice en México, donde coincidentemente se crea la dictadura perfecta con que nuestra larga posrevolución encuentra su peor camino, así nos conduzca por fin a la modernidad.

Hijo de trasterrados políticos españoles, llevaba a cuestas la batalla contra el fascismo internacional, que en el proceso terminó con sueños trabajados a picos y pianos durante cuarenta años.

Tres exilios me formarían, afirmo. Ese originario de padres y abuelos, el experimentado por campesinos y campesinas trasladándose en masa a nuestras ciudades y un tercero que condujo a mi hermano pequeño hacia una realidad propia.

En la confluencia hallaría tierras traspasadas por siglos y milenios hablando por donde quiera y un planeta de utopías: Cuba, Vietnam, el Che Guevara como omnipresente mito, las luchas estudiantiles, los afroestadounidenses reivindicando su terrible historia. 

Más acá el día a día que mi hermano descubrió como ancestral asesinato del deseo. Así me volvería el Idiota, buscando a tientas por caminos imperfectos. 

Ora abandonaba la universidad al primer año para perderme en un falso barrio bohemio. Luego y con angustía conocía Europa como Colón enrevesado y por ello ser ínfimo, sin derecho a reinventar cuanto se me diera la gana, al modo de él y sus continuadores. 

Hijo de las privilegiadas clases mexicanas, aunque fuera en sus menos prósperas orillas, hoy pretendían prepararme para dirigir un consorcio, mañana era el joven que con los amigos destinaban infructuosamente a inaugurar la intelectualidad televisiva y enseguida, junto a ellos mismos, prospecto de inviables cambios educativos y culturales. 

Para entonces esa cofradía había ido aquí y allá entre obreros y campesinos a quienes, si era el caso, se les negaba la condición de indígenas. 

Mientras, criaba una no familia con dos hijos, sin que mis contrapartes, las vecinas, se decidirían a reconocerme como tal, y asistía a una insurgencia de mujeres y homosexuales comprometidos. 

Hago alto ahí, a mis treinta y pocos años, para presentarles un trabajo comenzado en la vejez tal y como puede esperarse: a lo caótico. 

Se trata de blogs históricos, sociales, personales sin afanes autobiográficos, y videos hechos como Santa Utopía me da a entender.

Entretanto viajo por el mundo según está a la mano: virtualmente, a veces merced a un espacio en que por treinta semanas mujeres de diversos países americanos nos mostraron las intimidades del continente. 

Lo emprendo también hacia el pasado con mi abuelo muerto en 1950, para encontrar como "todos los sólidos" empezaron a desvanecerse "en el aire", en palabras de Carlos Marx.

Compongo, entonces, una suerte de memorias de mis tiempos hasta hoy y mañana, si se puede.

"Odisea 2001"

Divido temáticamente eso que titulé Cuadernos. Escritos en viñetas, crónicas, diarios, con frecuencia ayudado por clips musicales, noticiosos, cinematográficos, léase cada uno aparte o saltando entre ellos. Pueden aparecer entonces bloques como el siguiente: 


Grito, 2014

Noche del mexicano grito y al Barrio, como llamo a mi cuenta depurada en FB durante nueve años para no vérmelas con la parte del país que desprecio, lo pone furibundo la fecha reglamentaria y está casi vacío.
David: en Neza los cohetes son K 47
Dany:¡Vivan los hoteles de Tlalpan! Ahhh no vea…
Yo estoy alelado con la canción que buenas razones trajeron hoy.
Pregunto a la Dany en el hotel de paso en Tlalpan, si su grito no fue mera oportunidad para una de las geniales declaraciones que acostumbra:
¿La conoce, Ña?
Dany: Obvi
Itzel y yo aprovechamos para bromear:
Foto que una agradecida carnalita nos acaba de tomar
Igual que la gran mayoría de nuestra docena de cuadras, no volteamos a mirar el deprimente circo de la plaza mayor, donde el antiguo rito lo cumple un monigote al servicio del criminal proyecto poder reafirmado dos años atrás.
Entonces alguien sube esto:
¿Argelia en los 1950s?, pregunto para los demás, y para mí: ¿En verdad están cagados de miedo? Sí, de sí mismos, de lo que están preparados a hacer a la menor provocación.
Justo diez días después el país da el brutal salto en la nada que puede conducirlo a la nueva utopía.
Entre un dolor y una esperanza que no conocía, en noviembre el azar me lleva por primera vez a Cuba y encuentro la más espléndida experiencia imaginable en promoción de cultura comunitaria.
El alimento a los sueños es tal que rindo a la ¿Me perdonas?, según la llamaré pronto: la mujer de otro país por quien suspiro desde un año atrás. Lo hago al modo de un viejo en procura de una hermosísima joven imposible, se diría, y para un amor platónico que repentinamente anuncia pasar a algo más: el día siete, fin del encuentro en el cual coincidimos. Los organizadores nos premian con la música de uno de los mil geniales grupos cubanos. Intrepetan algo famoso que dice: Te perdono todo, menos el beso que me diste.
Cuando la canción acaba, ella dice la frase que termina bautizándola: 
-¿Me perdonas?
-¿Prometes? -respondo y mirándonos fijo no sabemos qué nos espera.
Entonces alguien se acerca con la noticia, falsa sabremos luego: encontraron los restos calcinados de los 43.
No hay rincón que alivie y la hermosísima me encuentra en uno de ellos.
-Anda, vamos a bailar y juntos la pena…
No escucho el final de la frase y por la mañana del seductor queda sólo el recuerdo.
La revolución y el amor son un mismo, indisoluble acto, rezan muchas justas frases, que por momentos no bastan.
Julio César Mondragón Fontes, el estudiante de Ayotzinapa cuyo cuerpo, desollado en vida, se arrojó en una calle de Iguala tras la desaparición de los 43. El grito hoy es tuyo. Te prometemos no perdonar.
-0-
Esa viñeta decidirá a familiares y abogada de Julio César a encargarme un libro a hacer en seis semana, presentando su caso ante la corte internacional contra la tortura.

1492

“A COMISIÓN PERMANENTE DE SEGURIDAD DE LA SOCIEDAD DE LAS NACIONES GINEBRA.  AVIACIÓN FASCISTA ASESINA DIARIAMENTE MUJERES Y NIÑOS DESTRUYENDO PUEBLOS ENTEROS CON SU METRALLA PUNTO MUNDO CIVILIZADO DEBE INTERVENIR CESE TANTO CRIMEN PUNTO CASO CONTRARIO NO RESPONDO PUEDA PASAR CINCO MIL PRISIONEROS TENEMOS CÁRCELES ASTURIAS AUN CUANDO HAGO TODO LO POSIBLE ES DIFÍCIL CONTENER PUEBLO.”

Eso firmó mi abuelo cuando entre 1936 y 1938 dirigía una pequeña república semiautónoma en lucha, más que contra la España Negra fustigada por el poeta, para detener a Hitler y Musolinni.

Lo vemos aquí participando a su pueblo la protesta hecha.  

Murió en 1950 y cincuenta años después vino a vivir conmigo para cuidar el libro que escribía sobre aquellos asuntos. 

Hoy, cuando inicia la crisis civilizatoria que con suerte puede llevarnos a sociedades más solidarias, libres, equitativas, emprendemos juntos una aventura rumbo a pasado y presente, ayudando según nuestras fuerzas.

Iniciamos por ese año que el abuelo gusta llamar del Maléfico, para saltar después según se necesite.

Colón trepa a sus carabelas, pequeñas naves casi recién nacidas entre portugueses y gracias a los marinos que andan hace mucho el Mar del Norte, y no sabe quiénes operan la obra en secreto sin darse cuenta bien a bien de sus consecuencias. 

Simplifico extraordinariamente los hechos para un mejor entendimiento, porque nada es comprensible en la cristiandad latina o Europa centro occidental sin el papado y otros grandes agentes.

Cinco exactos siglos más tarde alguien escribiría en infame tono melodramático: "En tiempos muy antiguos existió un gigante guerrero, triunfante, dominador. Un día, fatigado, se detuvo. Aturdido,

torturado, fue dado por muerto, encadenado por múltiples amos (...) Entonces, el gigante fraguó su plan: recuperar sus fuerzas (...) y partir hacia la conquista del mundo (...) El gigante era Europa..."

-¿De qué hablas, buey? -pensé apenas leer a ese alguien que pronto codirigiría el Banco Central Europeo. -Tu guerrero nació poco a poco en los ocho siglos llamados medievales, y lo de gigante y dominador cuéntaselo a tu abuela, pues se echa al océano ahora porque no puede con el Islam, quien le cierra las puertas a China, esplendor de esplendores que todos procuran. Y corrieron con hartísima fortuna si pensamos en "América", continente inconcebible para ustedes

"De otra manera ni en jarras la magna obra. A cualquiera se le ocurre tomar un cálculo simplón sobre nuestra esfera terráquea. Era tres veces mayor. Neta, no por nada Portugal echó a patadas al Almirante."   

En fin, eso y bastante más se permitirá su cultura para adulterar la visión de un mundo que depredará a ritmos escalofriantes para el mismísimo Angel Caído. 

-Espera, te pongo un mapa -sigo despotricando contra Monsieur Mentira, como deberían llamarlo.

-¿Sufriste mareos? Porque esa obra cartográfica tiene como eje china y no tu continente, como empezará a suceder unas décadas tras los viajes del aventurero genovés, alias don Cristóbal.

-Menudo truco. Desde ese momento y sin faltar minuto susurran al planeta: El centro de la tierra somos nosotros.

Mal nombrada
Empezamos ella con un ¡Igualado! y yo un ¡Perfumada!, onda Elsa Cárdenas-Pedro Infante en Cuidado con el amor, que no tuvimos, ni el cuidado ni el amor.
¿Que me la comería si dejara? La noche de leer juntos en un genial antro, le dije que era la primera mujer en mi vida con quien me sentía en desventaja. No se trataba de la edad, pues otras jóvenes me acostumbraron al descaro. De conciencia de inferioridad iba el asunto.
A cambio nos igualó la risa, el respeto por las mutuas vidas y el cariño.
Se fue de viaje y puntual avisó, sabiendo cuánto el equilibrio de mi cabeza necesita su presencia virtual, así nos veamos las caras a ratos.
Está enamorada, creo, pues no hablamos del tema, y yo sigo entre el recuerdo de la Inesperada, los suspensos con la Imprecisable y cualquier fantasía a modo, hasta las que la involucran, sepan perdonarme, ustedes y ella.

De película, entonces, la cámara, el director, el staff, la mamá de ella, que la talonea (jjj), y mis nietos, venidos (párele, Tera, eh, que tienen nueve años, jjj) a apergollarse coristas de Chiquiladas, ni cómo la concentrancia, y luego el ¡Corte!, ya la chiflamos, jjj.
-0-
Al día siguiente, dice uno cuando al escribir lo de aquí arriba llevaba cuatro horas en él, así supiera lo que no sabe el Luís    

Al dizque otro día, pues, chinguiñoso me encuentro con un nuevo desatino de la mentada (jjj), que esta vez musicalizo como ella espero quisiera (deje pasar los primeros compases: no encajan ((uuummm, jjj)) hasta el sax).

"Los gallos se oyen ‘cantar’/ quién mierdas dijo que eso es cantar/ oigo a los gallos el aullido místico suave de lxs perrxs/ y me emputa la sobredosis de insomnio y las cuitas de mi alegría blasfema." (Selene Chávez-Luna)

Corto el poema ahí, apenas comenzar, por no plagiarlo de alguna manera, pues el nombre de la Mal nombrada no es el de su cuenta en la red social. Como sea, después de leer eso no sé si me atreveré a saludarla al rato, mañana, durante el juicio final. Tenía razón: me siento en desventaja con ella, así alardee con mis juegos de palabras:

La Tera, ¿de casualidad tendrá acceso a una grabadora digital, porque no encuentro la mía (pa masturbarme la hallo rapidito, pero en tratándose de trabajo jjj) 
Mucha leidi, sí, mucha, para cualquiera, creo desde la primera vez de verla y pensar A esa no la dobla nadie, menos un hombre.  
La noche en que leímos juntos para otrxs, el antro no se le acabó hasta el amanecer, amansando bureles cuyo trapo no rojo sino negro y arriba de las rodillas atraía las embestidas. Cuando las cervezas en el refrigerador desaparecieron por su largo acto de magia, se echó a dormir sepa dónde, pues mendo -yo, para los nacos, jjj- para entonces con mi pijama de patitos retozaba en la cama. 
Ni idea sobre el momento en que la perderé de vista, quizás el domingo siguiente al miércoles en el cual estamos. Cuanta mujer encuentre por el camino de aquí hasta darlas (aprovéchese si quiere, Mal nombrada, que me puse profundo y los albures no me andan) la descubrirá, porque nunca nada se da en maceta, de unidad en unidad, y alguna milpa la produjo, seguro y en consecuencia vaya a calcular yo cuántas Aguamieles que rajan la garganta circulan por ahí.

Siluetas I

La policía agitaba sin contemplaciones la alcancía de la noche, Padre ordenaba cada mañana la muerte del hijo, las flácidas carnes de Mamá lloraban de vergüenza frente al espejo, Ella era miel pura, sonreía como una niña y me clavaba el puñal hasta la empuñadora, al compás de Los rebeldes del rock.


Tengo quince años y entro al último de los cursos preuniversitarios. En el anterior desapareció el yo que pasaba el tiempo tentando las aristas de nuestro mundo escolar, en el frontón, en el recoveco al fondo del campo de futbol, los baños o cualquier espacio poco frecuentado donde me aceptaban los rudos que probaban el carácter.
En su lugar se hace presente un personaje en busca de reflectores. El éxito es rotundo y allana tanto la vida que prometo ajustarme al modelo para siempre. Aun así me toma por sorpresa el montaje de miradas y risitas nerviosas dirigido a mí desde el rincón donde durante las semanas de inicio los de primero, recién llegados al edificio, se confinan en respeto a las jerarquías.
Muchos metros de gentío me separan del juego ese que, sin embargo, hecho con todas las de la ley no tiene dudas de alcanzar su objetivo. Más temprano que tarde voltearé, encontrarme no frente a frente a la jovencita más bella que creo haber visto, sino según se debe: semiescondida entre el aleteo de sus súbditas.
En verdad puedo morir: se me abren las puertas a una princesa de estilo clásico. Llega a la edad de enamorarse a la manera de la gente de bien, pensando que ahí está el único hombre permitido mientras viva, con quien compartir un idílico romance y luego un bien provisto hogar. 
Para mí la vida ha sido muchas cosas y entre otras, dolor, que no merece tratarse al paso. No decido si asomarme a través suyo o alejármele a toda velocidad. Las vacaciones entre cursos antes de sacar partido de las luminarias, ha sido una mañana tras otra de espanto ante el espejo. Algo terriblemente oscuro aparecía en aquel rostro, deformándolo. Por eso me agarro ahora a las miradas de los demás como a una droga, y esa oferta de la princesita promete que todo andará bien de ahí hasta el fin.
Andará bien entre el desastre general. La frase suena gorda pero me parece justa y el título de la historia viene de ahí. Cuando mucho después descubra a un célebre director de cine, entenderé su obsesión por la música popular de estos tiempos, nacida en su país por primera vez para los jóvenes. En la pobrísima modalidad nuestra hay un matiz nada despreciable. Fuera de la docena de tonadas hechas en casa, al traducirlas las melosas letras resultan perfectas tonterías.
Aunque el premio mayor se disputa seriamente, creo que Siluetas lleva la delantera. La voz de uno de los invariables remedos de cantantes dice debatirse entre y la vida y la muerte, al descubrir tras una ventana las sombras de una amartelada pareja en la que un ridículo coro denuncia la traición. El tipo repite la historia para terminar descubriendo, ni más ni menos, que equivocó la dirección del amor de sus amores. No importa sin embargo el despropósito, pues la quejumbrosa melodía y las apasionadas palabras sueltas dan de sobra para que los escuchas pongamos el sobrante, salido de nuestras entrañas que buscan con desesperación caricias y delirios imposibles de cumplir.
Al menos entre las crecientemente gruesas clases medias, sólo las más suicidas jovencitas se atreven a prestar otra cosa que manos, bocas entrecerradas e insinuaciones de pechos o muslos. Suicidas, he dicho, y de nuevo parece un exceso y no lo es.
A mis ojos nadie lo ejemplifica mejor que la hija de la peluquera del barrio. Una mañana veo a quien fue una niñita disfrutar mi sonrojo exhibiendo, antes que un par de espléndidos pechos, una sonrisa de reto e invitación. Meses después el vecindario masculino pulula por la esquina a la cual se abre el salón de belleza, desde donde la madre de ella se asoma con un matamoscas. Al poco creo que la mujer se salió con la suya, sólo para descubrirla a punto del infarto por el fracaso en deshacerse del Rey, cuya presencia basta para alejar a los competidores. La señora da inútiles voces, la pareja se cansa de escucharla y se aleja abrazada por la cintura. Pasará un año para ver a la joven con un bulto en el vientre, todavía envalentonada, y otro para que sus alardeos se vuelvan triste mansedumbre, sentada en el escalón del negocio con la criatura y vagos vestigios de sus encantos de cometa.
Mientras, nuestras baladitas languidecen, suspiros, chorritos de miel de maple, y a miles las nudilleras, las botas, las cadenas, los bates y una que otra pistola se disputan lo mismo una fiesta que una mirada.

 

Utopía, modelo urbano
De plúmbago, sin amenazas, las nubes casi al alcance de la mano corren rápidas en el día que suda sobre el caserío, donde la sal de mar hace cuatro siglos estampa su huella. Por la vía del tren, entre un millar de paisanos  en alharaca, dos costeñas maduras, firmes, desparpajadas, se regodean en los gritos:
-¡Huevo de gallina, no de granja! ¡En Espinal hay hombres, no chingaderas! -refiriéndose al hombre pequeñito, de voz aflautada que acaba de salir de prisión y encabeza la marcha: Demetrio Vallejo.
Es el sábado 12 de mayo de 1972 y cuantos hay allí llevan un mucho acunadas y otro mucho a cuestas dos o tres décadas de trabajos por Utopia, que no está en el santoral ni tiene altares en la Iglesia de Salinas Cruz, cuya torre domina la vista, ni en ninguna más del Istmo de Tehuantepec, del resto del estado de Oaxaca o donde sea en el México de tercos rezos por ella apenas Hernán Cortés terminó su obra. A comienzos de 1959 ese par de mujeres sin duda estaba entre quienes defendían del ejército el local del sindicato ferrocarrilero, cabeza del gran esfuerzo de trabajadores y trabajadoras por deshacerse del monstruoso aparato corporativo construido para ellos.
- 0 -
Una mañana de otoño de 2009, en Saltillo comparto un cuarto de hotel con Alfredo Domínguez, antiguo trabajador de la metalmecánica que lleva medio siglo organizando luchas sindicales. Sin duda sabe cuánto lo respeto y mientras nos vestimos vuelvo a dar gracias por la oportunidad de estar otra vez con él y su gente.
Le hablo del desbordado optimismo que vino el día anterior en la conmemoración de treinta y cinco años de la ejemplar lucha de CINSA-CIFUNSA en esta ciudad, y de las charlas con Nelly Herrera, con María, su hermana y la hermana de Isaías.
-Almirante -le digo-, esas mujeres parecen cristianas primitivas. Ni su abuela las detendrá jamás en la búsqueda de la utopía.
Él sonríe de esa especial, como misteriosa manera qué tiene y suelta una de sus geniales frases:
-Llegará un día en que los cristianos se coman a los leones.



 

 

                          

Lo que debería seguir

    Esta Crónica Interminable tiene un orden plausible hasta donde se muestra, que es su primera parte. Como se aprecia en el archivo del bl...