lunes, 11 de julio de 2022

El Corazón de las Tinieblas

Esta Crónica tenía sentido. Ahora es una forma de bien pasar el tiempo.

  

"Existía entre nosotros (...) el vínculo del mar. Además de mantener nuestros corazones unidos durante largos periodos de separación, tenía la fuerza de hacernos tolerantes ante las experiencias personales, y aun ante las convicciones de cada uno...

Río Congo

"Había (...) un río, un caudaloso gran río, que uno podía ver en el mapa, como una inmensa serpiente enroscada con la cabeza en el mar, el cuerpo ondulante a lo largo de una amplia región y la cola perdida en las profundidades del territorio...

"Al parecer la compañía había recibido noticias de que uno de los capitanes había muerto en una riña con los nativos (...) Sólo muchos meses más tarde (...) me enteré de que aquella riña había surgido a causa de un malentendido sobre unas gallinas. Sí, dos gallinas negras. Fresleven se llamaba aquel joven, era un danés. Pensó que lo habían engañado en la compra, bajó a tierra y comenzó a pegarle con un palo al jefe de la tribu. Oh, no me sorprendió ni pizca enterarme de eso y oír decir al mismo tiempo que Fresleven era la criatura más dulce y pacífica que había caminado alguna vez sobre dos piernas. Sin lo era; pero había pasado ya un par de años al servicio de la noble causa (...) Por eso golpeó sin piedad al viejo negro, mientras una multitud lo observaba con estupefacción, como fulminada por un rayo, hasta que un hombre, el hijo del jefe según me dijeron, desesperado al oír chillar al anciano, intentó detener con una lanza al hombre blanco y por supuesto lo atravesó con gran facilidad por entre los omóplatos. Entonces la población se internó en el bosque, esperando toda clase de calamidades. Por su parte, el vapor que Fresleven comandaba abandonó también el lugar presa del pánico... 

"La aldea había sido abandonada, las cabañas se derrumbaban con los techos podridos. Era evidente que había ocurrido una catástrofe. La población había desaparecido. Enloquecidos por el terror, hombres, mujeres y niños se habían dispersado por el bosque y no habían regresado."

Eso escribió Joseph Conrad en El Corazón de las tinieblas, hacia 1900. Usando al personaje, setenta y cinco años después Francis F. Coppola hizo Apocalipsis Now sobre la desquiciada experiencia que fue la guerra de Viet Nam. 

Como fondo, dos de la muchas brutales incursiones del colonialismo Occidental. 

Fresleven, el danés a quien vemos enloquecer en la acometida al Congo, reproducía un fenómeno presente desde los primeros días coloniales. Soldados europeos regulares e irregulares abandonaban sus ejércitos para perderse entre las tierras conquistadas. 

Habían nacido pueblo expropiado por terratenientes, banqueros, coronas reales, y terminaban entres seres humanos y geografías inimaginables para sus familias y vecinos. Así condenados, no regresarían jamás. ¿Y los indígenas americanos, africanos, asiáticos que, padeciéndolos, a veces quizá se preguntaban por sus extraños comportamientos? Salían sobrando para la literatura. 

¿Ésta era una historia repetida desde nuestros orígenes civilizatorios? ¿Cómo saber, si hombres, mujeres y niños del común contaban siempre menos, hasta hoy?

Fosa común donde terminaron 193 salvadoreños, hondureños, guatemaltecos, en San Fernando, Tamaulipas, México.

Algo había sucedido para bien en Europa cuando Conrad se hizo navegante escritor, gracias sobre todo al peladaje francés que asaltó la Bastilla con mujeres al frente: la narrativa se democratizaba. En el atlántico que Gran Bretaña habían expoliado exterminando naciones enteras, otro hombre se echaba a los mares con una pluma por delante: Herman Melville. Su monumental novela Moby Dick pasaría casi inadvertida y, entonces también, las grandes reflexiones dentro de ella.

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-Para -corta mi abuelo-. Que yo sepa, El grillo, Saanvi y los otros y otras no vinimos a perder el tiempo en la universidad. 

-¿Me vituperas llamándome académico? -le digo.

-De la legua, jeje. Buscamos a nuestros iguales.

-No sé dónde más intuirlos al menos.

-Camina, eso basta.       
SIGUE 

Lo que debería seguir

    Esta Crónica Interminable tiene un orden plausible hasta donde se muestra, que es su primera parte. Como se aprecia en el archivo del bl...